La contaminación ambiental es un hecho constatado y conocido por todos. Lo que tal vez no sepas es que la pureza del aire en tu hogar también puede verse perjudicada.
Saber cómo mejorar la calidad del aire en casa es una prioridad para cuidar adecuadamente de tu salud y la de los tuyos.
¿Quieres saber más? ¡Pues acompáñanos en las siguientes líneas!
Índice de contenidos
Contaminación dentro y fuera del hogar, un factor de riesgo
En contra de lo que pueda parecer, la calidad del aire en casa puede llegar a ser hasta cinco veces peor que la de los espacios exteriores. Aunque nos inclinamos a pensar que nuestros hogares están blindados ante los agentes contaminantes, la realidad es otra muy distinta. Y tiene su lógica.
Al aire libre, la dispersión de elementos dañinos es mayor. Las corrientes de aire y el volumen del espacio exterior evitan la concentración de agentes perjudiciales para la salud y para el medio ambiente.
Sin embargo, en el interior de la vivienda el problema se concentra. No existen corrientes de aire continúas ni el volumen de espacio es amplio para la dispersión de la concentración de contaminantes.
Por ello, la calidad del aire en casa es una prioridad.
Cómo se mide la calidad del aire en casa
Los contaminantes son microscópicos y están en todas partes, lo que hace que el mero hecho de respirar sea un riesgo en sí mismo cuando las condiciones del entorno no son las ideales.
Como mencionamos al principio, la contaminación en espacios interiores es sustancialmente mayor que la concentración de contaminantes en el exterior. Teniendo en cuenta que pasamos entre un 80% y un 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, el riesgo es considerable. Sobre todo en lo que respecta a nuestro lugar de trabajo y la vivienda.
Actualmente hay disponibles en el mercado diferentes tipos de sensores que solucionan la duda de cómo medir la calidad del aire en casa. Los más utilizados son:
- Sensores de CO2, que miden los niveles de dióxido de carbono mediante un principio de absorción de energía.
- Sensores de concentración de COVs, que miden los compuestos orgánicos volátiles presentes en vapores y gases.
- Sensores de PM 2.5., que analizan las partículas finas en suspensión.
- Sensores termohigrómetros, sensores de humedad que determinan la temperatura y la humedad relativa de una estancia.
Saber cómo medir la calidad del aire en casa es importante para encarar el problema y reducir la cantidad de contaminantes y, para ello, es fundamental conocer de qué tipo de agentes estamos hablando. Es decir, conocer el origen del problema para encontrar la solución.
¿Qué tipo de contaminantes hay en una casa?
Los agentes contaminantes que afectan directamente a nuestra salud en el hogar se encuadran en tres grupos diferentes:
Partículas en suspensión
Son elementos que todos conocemos y que sabemos que están presentes, en mayor o menor medida, en cualquier estancia.
Se trata de polvo, pelo de animales, ácaros, ceniza o polen. De todas ellas, las más dañinas son las de menor tamaño, ya que llegan a los bronquiolos e impactan negativamente en la salud.
Agentes biológicos
Al igual que las partículas en suspensión, los agentes biológicos son viejos conocidos en cualquier hogar.
Elementos como bacterias, hongos, esporas de moho o virus se adhieren a esas partículas en suspensión causando problemas en las vías respiratorias que derivan en reacciones alérgicas o enfermedades infecciosas.
Agentes químicos
La contaminación química tiene efectos sobre nuestro organismo a corto y largo plazo y está generada por la combustión incompleta de cigarrillos, calderas, el tráfico, las pinturas y plaguicidas, los muebles y materiales de construcción e incluso por la propia respiración humana.
La variedad de compuestos químicos provenientes de esas combustiones es bastante amplia e incluye elementos como el monóxido de carbono (CO) derivado del uso de la cocina y la calefacción, el óxido de nitrógeno (NOx), el óxido de azufre (SO2), los compuestos orgánicos volátiles (COVs) o el dióxido de carbono (CO2).
Además, conviene tener en consideración el gas radón, un compuesto natural que emana del suelo debido a la descomposición del uranio y que entra directamente en los hogares, causando un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón ante una amplia exposición a este gas.
Cómo mejorar la calidad del aire en casa
Toda vez que hemos identificado el problema, el punto de partida es intentar reducir o minimizar esos puntos de contaminación. Para ello, es necesario seguir una serie de pautas fundamentales y comunes a cualquiera de los agentes contaminantes:
1. Ventila a diario la vivienda
Una mala ventilación permite que los componentes contaminantes permanezcan en el interior. Lo recomendable es abrir puertas y ventanas al menos dos veces al día, siempre y cuando ningún miembro de la vivienda padezca alergias o las temperaturas sean extremas.
En estos supuestos, un sistema de aire acondicionado y los purificadores de aire son la solución. Aunque estos aparatos, por lo general, no eliminan de forma específica los contaminantes gaseosos, su uso combinado con una rutina de ventilación y el control de fuentes contaminantes es suficiente para mejorar la calidad del aire en casa.
2. Sigue una rutina de limpieza adecuada y frecuente
Utiliza fragancias naturales para evitar los compuestos volátiles de los productos artificiales. Los limpiadores tradicionales pueden liberar formaldehídos al entrar en contacto con el aire y causar problemas graves de salud.
Utiliza productos de limpieza libres de fragancias y elimina el uso de aerosoles y aromatizantes. Hay trucos muy sencillos para utilizar fragancias naturales, como por ejemplo la combinación de limón y bicarbonato en la cocina, que aportará un aroma limpio y fresco a tu hogar.
3. Mantén los niveles adecuados de humedad y temperatura para evitar la aparición y proliferación de hongos y bacterias
El exceso de humedad favorece la formación de moho, causante directa de múltiples infecciones pulmonares y alergias, y su defecto puede generar problemas respiratorios motivados por la sequedad, así como daños considerables a los enseres de la vivienda.
Con un higrómetro podrás medir la humedad ambiental y decantarte entre un humidificador o un deshumidificador dependiendo de las necesidades particulares de tu vivienda. La calefacción y el aire acondicionado son herramientas imprescindibles para regular la temperatura de forma sencilla y eficaz.
Los filtros de los dispositivos para el hogar permiten controlar la presencia de partículas de polen y ácaros, que son exacerbadores naturales de enfermedades como asma o alergias.
El uso de estos dispositivos, junto con purificadores de aire y una correcta rutina de limpieza y ventilación son la forma perfecta de cómo mejorar la calidad del aire en casa.
Además, lavar con frecuencia la ropa de cama, limpiar las alfombras con aspiradoras de baja emisión o secar la ropa cerca de una ventana abierta son también medidas, aunque simples, muy efectivas para reducir los focos de contaminación por agentes biológicos.
4. No fumes en interiores
Si fumar es un peligro en sí mismo, hacerlo dentro de la vivienda es un riesgo aún mayor, ya que la acumulación de humo daña seriamente la calidad del aire en casa y eleva notablemente las probabilidades de sufrir enfermedades graves.
5. Pequeños gestos de cómo mejorar la calidad del aire en casa
Elegir pinturas y productos ecológicos, así como muebles de madera natural o con superficies chapadas permitirá evitar el formaldehído presente en el aglomerado de la madera.
Además, encender un ventilador extractor al cocinar y ducharse permite eliminar contaminantes y reducir componentes que aumentan la humedad.
Ahora que ya sabes cómo mejorar la calidad del aire en casa, te invitamos a comprobar los niveles en tu vivienda y analizar los posibles focos de contaminación. Y, si tienes dudas o algún problema sobre cualquier aspecto de la calidad del aire en tu hogar, contáctanos y te lo solucionaremos encantados.
Christina G. Nogueira
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