Los conceptos de Ecología y Medio ambiente están hoy más presentes que nunca en nuestras vidas. Después de mucho tiempo, el ser humano ha tomado conciencia de que todo estáinterconectado en el planeta en que vivimos, y que los recursos naturales son finitos.
De esa toma de conciencia se deriva que hayamos empezado a tomar en cuenta nuestras acciones bajo una perspectiva global. Cada vez que hacemos algo que perjudica la estabilidad del medio ambiente, se desencadena un efecto dominó que lleva las consecuencias mucho más allá de nuestra propia acción.
El problema es que muchas de esas acciones van asociadas a actividades que se llevan a cabo con el fin de conseguir que podamos disfrutar de una mayor calidad de vida. ¿Tenemos entonces que vivir peor si queremos ser respetuosos con la naturaleza? A nadie le gusta esa idea, y afortunadamente, es posible encontrar una alternativa. Lo que se ha dado en llamar desarrollo sostenible.
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Qué es el desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible busca que ambas cosas, calidad de vida y respeto por el entorno, vayan de la mano. No se trata pues de que tengamos que renunciar a ciertas comodidades a cambio de mantener un equilibrio de los recursos naturales, sino más bien de adoptar una serie de actitudes que ayuden a minimizar el impacto del hombre sobre el ecosistema.
A primera vista, esta idea puede parecer un tanto compleja, pero al acercarnos a ella para plasmarla en la realidad, vemos que no lo es tanto. Basta con que nos mentalicemos de la necesidad de llevar a cabo ciertos cambios de actitud en el día a día, y su efecto no tardará en hacerse notar.
¿Cómo lograrlo? Cualquiera de nosotros puede poner su granito de arena a través de acciones rutinarias que a nivel global tendrán un impacto muy notable, y que se resumen en cuatro apartados:
- Acciones para un mejor aprovechamiento de recursos
- Acciones para el ahorro de energía
- Acciones para reducir la contaminación
- Acciones de consumo responsable.
Veamos con ejemplos prácticos qué acciones cabe incluir en cada apartado:
Aprovechamiento de recursos
Una de las principales razones del deterioro del medio ambiente es que la sociedad consume de manera desaforada. Por lo tanto, reducir la producción global de bienes de consumo es una forma de revertir la situación.
Un estilo de vida minimalista en el que se viva con lo imprescindible es la mejor manera de lograrlo, pero ciertamente no es este un estilo de vida que todo el mundo esté dispuesto a asumir.
Sin embargo, se puede hacer más hincapié en la reutilización y el reciclaje como forma de dar una segunda vida a los objetos en lugar de desecharlos y estimular un sistema productivo fuera de control.
Lo mismo sucede con el agua, un bien limitado que debemos conservar, y cualquier acción destinada a ello merece la pena. Desde ahorrar agua utilizando la ducha en lugar de la bañera, hasta emplear parte de ese agua que dejas correr para guardarla para usos de limpieza doméstica.
Ahorro de Energía
Producir energía tiene un alto coste para el planeta, y lamentablemente la desperdiciamos con demasía frecuencia. No cuesta nada poner bombillas de bajo consumo, apagarlas luces al salir de una habitación, poner la lavadora sólo cuando puedes llenarla de ropa o vestirse con ropa de abrigo o mantas en lugar de poner la calefacción. Todas ellas son acciones que no implican ningún sacrificio, pero que de forma conjunta pueden hacer mucho por la conservación del medio ambiente.
Reducir la contaminación
Cuando hablamos de contaminación lo primero que nos viene a la cabeza son humeantes chimeneas de grandes fábricas expulsando toneladas de sustancias dañinas a la atmósfera. Si bien esa es la manifestación más evidente, no es la única, y nosotros, en nuestro día a día, también colaboramos a incrementar esa contaminación.
Cada vez que empleamos productos de limpieza o detergentes estamos empleando químicos muy agresivos que no hacen ningún bien. Cada vez que dejamos un envase de plástico en un lugar inadecuado estamos contribuyendo a aumentar los niveles globales de contaminación ambiental. ¿Imaginas lo que supone para el planeta que cientos de miles de personas cada día tiren plásticos que acaban en el mar y que tardan cientos de años en desaparecer?
Por lo tanto, vigilar estos aspectos es esencial. En lugar de hacerlo por el desagüe, debemos deshacernos del aceite en un bote y en un punto limpio, y lo mismo sucede con el plástico, que hay que desechar en los envases destinados al efecto. También emplear productos de limpieza suaves o naturales (como el vinagre) es una forma de combatir los efectos de la contaminación global.
Consumo responsable
El planeta nos provee de todo lo necesario para subsistir. Sin embargo el hombre no tiene suficiente con los alimentos que se le ofrecen, y a partir de ellos los procesa y elabora para crear otros más complejos, lo que tiene como factura un alto coste en energía y contaminación.
Un consumo responsable es el que favorece alimentarse de productos de temporada, sin procesar y a ser posible, locales. De este modo no hay producción industrial, no hay envases y no hay transporte. Y aunque no ocurre nada por no llevarlo hasta el extremo, introducir cambios en nuestros comportamientos de compra para favorecer este tipo de consumo es un pequeño gesto que puede hacer mucho.
Estas modificaciones en nuestros comportamientos habituales no son un precio demasiado alto para lograr lo que debería ser nuestra prioridad. Que el ecosistema se mantenga en equilibrio, de manera que las generaciones venideras puedan continuar viviendo en un planeta sano.
Consumir de manera irresponsable y no pensar en las consecuencias que nuestros actos tendrán en el día de mañana, sólo conduce al desastre del medio ambiente, y consecuentemente, de nosotros mismos, dado que formamos parte de él.
