El aumento de la temperatura en la tierra es una evidencia. Para nadie es un secreto que este valor ha variado durante los últimos 40 años, incrementándose en aproximadamente 1.02 °C, según los cálculos de la Nasa. Sobra decir que esta subida de la temperatura terrestre ha sido consecuencia indiscutible de la actividad del hombre.
En este sentido más que necesaria es obligatoria la transición energética. Para tomar conciencia de su importancia conviene saber de la transición energética qué es y conocer el plan de transición energética desarrollado por España.
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Transición energética, ¿qué es?
El proceso de transición energética no es algo que esté ocurriendo solamente en la actualidad. Este proceso se ha venido desarrollando desde hace mucho tiempo. Sin embargo, no siempre hemos sido conscientes de que estaba ocurriendo o de las verdaderas consecuencias de ello.
Como hemos comentado anteriormente, la temperatura en la tierra se ha elevado y esto se hace más evidente en zonas donde ha cambiado la vegetación y los fenómenos naturales ocurren con más frecuencia.
Durante los últimos 40 años se han fundido glaciares y elevado el nivel del mar, lo cual incrementa el riesgo de fenómenos meteorológicos tales como inundaciones, incendios o huracanes.
La transición energética se refiere a un cambio en el sistema energético. Es decir, sustitución del combustible fósil de manera que se empleen en la menor cantidad de procesos posibles.
De esta manera, las emisiones de carbono se verán reducidas y habrá un mayor aprovechamiento de los recursos naturales renovables. Una vez sabido de la transición energética qué es y siendo conscientes de la gravedad, conviene iniciar un cambio real.
¿Cómo se ha implementado la transición energética en España?
A este respecto, en cuanto a transición energética, España ha implementado como uno de los principales cambios la electrificación de los procesos recurriendo a fuentes de energía distintas a los recursos carbónicos fósiles.
De esta manera se logra obtener un funcionamiento más limpio en todos los sectores y procesos industriales que requieren energía eléctrica. En otros ámbitos, como la digitalización de las redes, también se está contribuyendo con el incremento en la eficiencia energética.
Aunque no seamos plenamente conscientes, en el siglo XIX ya se vivió una transición energética, La principal fuente de energía, que era la madera, fue desplazada por el uso del carbón. Más adelante, en el siglo XX, volvimos a vivir la transición energética del carbón al petróleo.
La diferencia para saber de qué es transición energética y qué la diferencia del resto de las transiciones, radica en que en ninguna de las anteriores se marcó como prioridad la conservación del planeta. Es por ello que estamos presenciando el mayor daño ambiental de la historia.
De acuerdo con los diferentes estudios científicos realizados se han encontrado muchas causas para este problema climático. Básicamente, la explicación radica en la cantidad de emisiones antrópicas de gases que ocasionan el efecto invernadero en la atmósfera, lo cual ha venido ocurriendo ya desde la Revolución Industrial.
Para tomar conciencia de este hecho se han celebrado diferentes conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La última, realizada en 2021, ha sido ya la 26ª conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).
En esta conferencia se hizo especial énfasis en obtener resultados positivos para el año 2050. Esto solo será posible si comienza a ocurrir la llamada transición energética, por lo que es necesario y obligatorio que ocurra de inmediato de manera que podamos obtener un impacto realmente positivo.
Como ejemplo, en la década del 2010-2019 disminuyó considerablemente el precio de las tecnologías renovables. En el caso de la energía solar fotovoltaica en un 80% y en la eólica en un 60%. Valores más que considerables para apuntarse al plan de transición energética.
¿Cómo se hace efectiva?
Lejos de lo que puedas pensar, la transición energética no solo se lleva a cabo cuando se va eliminando el uso de carbón o energías fósiles. Ni siquiera cuando se produce un desarrollo temporal de energías limpias. Un plan de transición energética eficaz es posible cuando ocurre un cambio de paradigma a nivel global.
Por eso hay un interés importante en diferentes países en que se comience a llevar a cabo este proceso lo antes posible. De ponerse en práctica de forma eficiente, se podrían obtener beneficios no solamente a nivel climático, sino también a nivel económico y en el desarrollo social de los pueblos.
En el campo de la digitalización de las redes se pueden habilitar redes inteligentes para abrir las puertas a servicios nuevos. Asimismo, el uso de fuentes renovables y medios de movilización eléctricos contribuirán en la disminución de las emisiones.
En cuanto a la sostenibilidad social, la ayuda nace de la generación de nuevos empleos y nuevas carreras profesionales que se orienten al aprovechamiento de estos recursos naturales.
Plan de transición energética
De acuerdo con el cambio de paradigmas que hemos mencionado, el reto del plan de transición energética es lograr la integración de diversos actores tal como los llamados prosumidores. Esto es, aquellos que son productores y consumidores al mismo tiempo.
Lo ideal es que ocurra un cambio en las comunidades energéticas, se masifique la movilidad eléctrica y se fomente el almacenamiento energético.
De todo esto deben resultar nuevos servicios energéticos, la gestión activa de prestación y una alta demanda de servicios, entre otros movimientos económicos importantes.
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Al confluir todos estos sectores en el mismo objetivo se obtendrá una gran mejoría en la eficiencia, seguridad, resiliencia y la fiabilidad del sistema. Esto,en definitiva, hará que incremente la competitividad entre más sectores.
Lo primordial en la tecnología no es ya saber de la transición energética, sino implementar al fin una normativa equilibrada que pueda establecer los límites y competencias que deben adquirir los nuevos actores con respecto a las que poseen los agentes tradicionales.
Un plan de transición energética efectivo y de obligado cumplimiento permitirá el desenvolvimiento de nuevos sistemas de negocios. Como, por ejemplo, es el caso de las tecnologías que contribuyen con la creación y evolución de nuevos servicios energéticos integrales en el campo de la simulación.
Objetivos:
En su transición energética, España orienta sus objetivos a la electrificación y digitalización de cualquier sector y proceso del sector económico, de tal manera que ya no se dependa de las fuentes de energía fósil. Es decir, la principal meta actual es que ocurra la descarbonización usando recursos energéticos que no contaminen.
Para lograr todo esto es esencial el uso de tecnologías como las redes inteligentes que se fundamentan en la unión de las capas físicas y digitales de la red, de tal manera que se pueda incrementar el grado de automatización del sistema.
Sea como sea, la transición energética llegó para quedarse y países como España cuentan con un gran potencial energético de futuro. Todo nos favorece, incluso el clima. Por eso no es de extrañar que lleguemos a ser uno de los principales países que generen y exporten la llamada energía limpia.
